El estilo de liderazgo se ha convertido en uno de los tópicos de moda dentro del mundo empresarial y laboral. Y es que lo hace años se daba por hecho, que un líder era aquel capaz de imponer su autoridad, experiencia, conocimiento y opinión sobre un equipo de personas, ha cambiado por completo en la actualidad.
Alejados ya de la definición anterior, el líder actual debe, lógicamente, tener experiencia, conocimientos, opiniones... incluso cierta dosis de autoridad. Pero no debe ser una persona que imponga su autoridad o cuyos conocimientos y opiniones deban prevalecer sobre las del resto... al contrario, debe ser una persona influyente, tolerante y con grandes dotes para la gestión de equipos a nivel emocional.
En la actualidad, cada vez encontramos más líderes asociados con las características comentadas en el párrafo anterior y no tanto con las descritas al inicio del artículo... ¡aunque aquí la diversidad y la variedad también manda! Por ello, desde Bros Group os presentamos una lista de tipos de líderes y cuáles son sus características principales:
Líder autocrático: este líder se corresponde con la definición que dábamos al inicio del artículo. Es aquel que toma decisiones sin consultar a su equipo, imponiendo sus conocimientos y opiniones sobre las del resto. Espera obediencia total de las personas que componen su equipo.
Líder democrático: lo contrario. Se trata de aquel líder que toma decisiones contndo con la opinión y el consenso de su equipo. Se trata de un líder mucho más tolerante y con mayores habilidades comunicativas y emocionales.
Líder transformacional: hablamos de ese líder que busca inspirar y motivar a su equipo con la intención de alcanzar objetivos cada vez mayores y se fomente un clima de mejora constante. Como su propio nombre indica, es una persona que busca el cambio, la transformación y el avance constante.
Líder laissez-faire: la confianza es la base de este tipo de liderazgo. Un líder laissez-faire es aquel que delega la toma de decisiones y responsabilidades en su grupo de trabajo. Destaca por la confianza que tiene en cada uno de los componentes de su equipo, impulsando su capacidad de liderazgo, confianza y auto-organización.
Líder coach: un líder coach se enfoca en el desarrollo de sus empleados. Está enfocado en que sus equipos puedan desarrollar nuevas habilidades, así como potenciar aquellas cualidades que ya poseen. Lo hace a través de la retralimentación y el feeback constante, la motivación y el apoyo en el crecimiento profesional.
Líder orientado a resultados: aquí dan igual las estrategias, dan igual las formas o los métodos... este tipo de líder busca resultados por encima de todo. Se enfoca en lograr alcanzar los objetivos y las metas establecidas utilizando cualquier estrategia necesaria para alcanzarlos. Este líder se suele caracterizar por cierta falta de valores emocionales.
Líder situacional: flexibilidad al poder. Se trata de un líder muy adaptable a las diferentes circunstancias que le rodean. Por un lado conoce a la perfección a su equipo y, por otro, tiene una capacidad camaleónica para gestionar diferentes situaciones surgidas de forma imprevista, tanto a niveles individuales como colectivos y hablando de circunstancias internas a su equipo/organización e incluso externas.
Líder transaccional: se trata de un líder que premia y reconoce constantemente el desempeño de sus trabajadores con la intención de que esto les sirva para motivarse hacia la consecución de los objetivos. Se trata de un líder que delega mucho en sus equipos, creando estructuras adecuadas para que cada miembro pueda trabajar en la consecución de sus metas.
Así pues, hemos definido ocho tipos de líderes, aunque sabemos que hay muchos más. Además, también hay que tener en cuenta que no hablamos de liderazgos cerrados, es decir, es más que probable que un líder pueda ser representado por varios tipos de liderazgo. Aquí lo más interesante es descartar aquellas características relativas a los malos líderes y tratar de combinar de forma perfecta las cualidades que representan a los buenos líderes. Ahí reside, precisamente, la receta del mejor liderazgo. ¿Cómo las combinaríais?